jueves, 9 de enero de 2014

Jacinto: una flor para el invierno

El Jacinto es una elegante planta bulbosa que tiene una bonita floración y un agradable y exquisito perfume. Sus orígenes la ubican en los Balcanes y Asia Menor, aunque después fue una planta muy cultivada en el Mediterráneo y ahora es típica en Holanda.

Podemos encontrarla en diversos colores, púrpura, azul, rosa, amarillo, blanco, naranja y azul.

Su nombre científico es Hyacinthus y su nombre común deriva de la mitología griega. Jacinto era el apuesto hijo del rey de Esparta Amiclas. El Dios Apolo amaba a Jacinto por su belleza, pero lo mató de forma accidental y donde su sangre cayó nació una hermosa flor a la que Apolo le puso el nombre su nombre.

Su significado, además de belleza, es constancia y cariño.

Cuidados:

Para un buen cuidado es muy importante la temperatura, esta no debe ser menor de 2ºC, aunque su temperatura ideal está entre los 15ºC y 17ºC.

El riego debe ser moderado aunque sobre todo en época de floración hay que asegurarse que no le falte agua. Puedes poner un platito con algo de agua debajo o incluso puedes comprar jacinteros, que son unos jarrones que sirven para colocar el bulbo sin tierra.

Si lo colocamos en una zona no demasiado luminosa conseguiremos que florezca poco a poco y que éstas duren mucho más que si hay mucha luz.

Por norma general, tras la primera floración viene una segunda, aunque con menos flores, para que esto ocurra podemos ayudarla cortando todo lo que se pueda después de que se estropeen las primeras flores.

Si después de la segunda floración queremos guardar la planta para que florezca en otra ocasión, tenemos que trasplantar la planta a una maceta mayor y con sustrato. La colocaremos en el exterior en una zona en la que esté un poco resguardada. Las hojas irán creciendo y cuanto más grandes sean éstas mayor probabilidad tenemos de qué el bulbo alcance el tamaño perfecto para que florezca.

Otra manera de conservar estos bulbos es cortar el tallo principal. Sacar el bulbo de la tierra, limpiarlo y secarlo con un paño. Envolver en papel de periódico y guardar en una caja colocando la parte de la raíz hacia abajo en un lugar fresco, seco y oscuro hasta que lo volvamos a plantar en el otoño siguiente.

1 comentario:

  1. Ay, que me regaló Jaime el otro día una de estas y yo pensaba que era una cebolla! Al final le salió flor, pero fue decapitada en un accidente doméstico... :) (Fdo: María V)

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